EL VALOR DE DIEZ CENTAVOS
Quiero que su ofrenda sea voluntaria y de todo corazón. Éxodo 25:2
El Tabernáculo de Batlle Creek es uno de los templos más famosos de la historia adventista. Según los registros, en 1898, cada sábado tenían la asombrosa cantidad de ¡183 clases de Escuela Sabática! En ese lugar se celebraron algunas de las reuniones más trascendentales de nuestra iglesia, entre ellas el memorable Congreso de 1901. Dwight L. Moody y su cantante Ira David Sankey se presentaron en él. ¿Cómo se construyó ese suntuoso e histórico lugar?
La sugerencia de erigir un edificio que sirviera como templo y auditorio para las reuniones de la iglesia fue hecha por Jaime White y su hijo Edson. El asunto se llevó a la Junta de la Asociación General en marzo de 1878, y dicho comité acordó iniciar la construcción. Solo tenían que resolver un pequeño problema: la iglesia no tenía dinero. Sin embargo, como Dios es el dueño de la plata y del oro (Hageo 2:8), él buscó la manera de proveer los recursos necesarios para la construcción. ¿Y cómo lo hizo? Los hermanos crearon un plan que consistía en separar mensualmente una dime -una moneda de diez centavos- y donarla para el proyecto. ¿Tan poco? Sí, solo diez centavos al mes. El 19 de agosto de 1879 se dio inicio a la construcción y al año siguiente fue inaugurado. ¿Cuánto se invirtió en esa magnífica edificación? La friolera suma de 26.275 dólares. Y todo comenzó con una moneda de diez centavos. Por eso el Tabernáculo de Batlle Creek también fue conocido como el Tabernáculo de Dime.
¿Cuánto puedes dar en este momento para el avance de la obra de Dios? ¿Solo diez centavos? No te preocupes, el Señor lo recibirá como si tu donación fuera de un millón de dólares. ¿Recuerdas la historia de la viuda? Mientras muchos daban grandes cantidades del dinero que les sobraba, Jesús consideró la ofrenda de ella como superior a todas. ¿Y qué dio ella? “Dos moneditas de cobre” que era “todo lo que tenía” (Lucas 21:2, 4).
Quizás en estos momentos no puedas dar una cuantiosa cantidad de dinero para el desarrollo de la iglesia; pero lo que importa no es la cantidad, sino la intención de tu corazón. Sea poco o mucho, no dejes de dar “lo que tienes” al Señor.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco
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