Heraldos del fin de la historia
Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la [una se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar, Apocalipsis 6.12-14.
Inmediatamente después de la respuesta que se les da a las almas simbólicas de los mártires que claman por justicia a Dios, aparece una descripción de fenómenos astronómicos que preceden al fin de la historia de nuestro planeta, ya que lo último que se menciona en los versículos de hoy es que “el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar”.
Pero antes de que suceda esto, en el texto de Apocalipsis que estamos comentando aparecen cuatro señales (un gran terremoto, el oscurecimiento del sol, el enrojecimiento de la luna y la caída de estrellas), que también son mencionadas en otras partes de la Biblia, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento (Mateo 24:29; Joel 2:31; etc.)
Estas señales tuvieron su cumplimiento mediante el gran terremoto de Lisboa (1-11-1755); el famoso “día oscuro” (19-5-1780), registrado por el gran astrónomo sir William Herschell; y la gran lluvia de meteoritos que se vio en la costa este de los Estados Unidos (13-11-1833), cuya descripción puedes leer en El conflicto de los siglos, de Elena de White.
Todos estos fenómenos son heraldos o portentosos anunciantes de que el fin de la historia está cerca.
La situación de emergencia ecológica que vive nuestro planeta sumada al riesgo de destrucción masiva por causa de la industria armamentística (destrucción nuclear y/o química), y a las condiciones inmorales y llenas de violencia en que se encuentra la humanidad, nos dicen a gritos que ya estamos en el fin de la historia.
Si eres una persona de bien, y sobre todo si amas a tu Salvador que dio su vida en la cruz para redimirte, alégrate; porque ya falta poco para que Jesús regrese y te lleve al hogar celestial. a la eterna seguridad y paz que está preparando para nosotros.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El Tesoro Escondido”
Por: Pablo Claverie
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